Al igual que en el sector de la educación, el blended working (o trabajo combinado) empieza a pisar cada vez con mayor fuerza. Estamos en un contexto en el que se avecinan cambios importantes en las formas de trabajo tradicionales que predominaban hasta ahora. Como si de una evolución darwiniana habláramos, se trata de adaptarse o morir –bueno, tal vez nos pasemos de exagerados-. Lo que está claro es que la capacidad para ajustarse a esta nueva coyuntura provocada por la COVID-19 supondrá una gran ventaja diferencial tanto para empresa como trabajadores.